martes, 20 de mayo de 2008


DESDE CHOSICA HASTA LA OROYA-PERU
Por Koki Zelaya

LIMA 16May.-En otra recordada jornada, el pasado 01 de mayo, nuevamente organizamos un trabajo de campo-fotográfico, tan similar como al del pasado 28 de marzo. Realmente fue una nueva oportunidad para poder apreciar el gran valor y arrojo que tuvieron aquellos miles de hombres que construyeron una de las vías férreas más dificultosas que se hayan construido en este mundo.

Si en la primera oportunidad se hizo un buen trabajo, esta nueva vez resultó ampliamente superior, porque la misión era hacerlo por los lugares más agrestes y vertiginosos, que en la anterior oportunidad del 28 de marzo.

Se lograron captar alrededor de 500 magníficas tomas y que quedarán perennizadas en estas celebraciones por los 100 años del tren Lima-Huancayo, además, del trabajo cultural y turístico, en la que ya solamente restan afinar algunos detalles más para su feliz culminación.

Desde Chosica hasta La Oroya se dividió nuestra labor. Muy de madrugada había que levantarse y dar el alcance a mi compañero José Parra 'Tekno' en Chosica y quien vendría procedente de 'Huancayork'; así como a Humberto Torres, nuestro veloz conductor, quien por segunda vez nos llevaría a nuestro reverendo gusto, por todo el trayecto del Ferrocarril Central y con paradas en las zonas más importantes del paso del tren hacia Huancayo.

Cuando ya promediaban las 08:12 a.m. del 1 de mayo, hacía su ingreso el tren de pasajeros a la estación de Chosica, tiempo muy satisfactorio, a diferencia del tiempo que había hecho por carretera desde Lima hasta Chosica: 01h 20m. Pronto había que bajar del puente peatonal que recorre de extremo a extremo aquella estación y dirigirnos hacia el punto de partida.

Mientras tanto, Humberto, nuestro "Meteoro" de aquella ocasión, ya afinaba su potente Toyota Station Wagon (rojo), un vehículo realmente extraordinario y que se ha portado a las mil maravillas en estas 2 salidas. Creo que se codearía con los mejores bólidos de la famosa competencia automovilística "Caminos del Inca", y no es para menos que el tramo carretero se lo conoce como la palma de su mano, a veces imprimiendo fierro a fondo y así debe ser cuando las exigencias lo ameritaban.

Saliendo de Chosica, eran nuestros primeros objetivos los pasos a nivel del ferrocarril con la carretera, muy caracterizados aquellos pasos con el cierre de la carretera, por personal de seguridad de la empresa ferroviaria. El primero fue muy cerca del club campestre de la Marina; el otro, muy cerca de Cocachacra, ambos ya localizados en la provincia de Huarochirí.

De inmediato, venía el túnel de Purhuay, el primero de la ruta y, que lógicamente, tenía que ser retratado, ahora por la boca opuesta que al de la primera vez.

No había que perder tiempo, puesto que ahora se acercaba nuestro primer gran reto: el trepar hacia el imponente viaducto del Carrión. Desde la carretera, se deja apreciar su imponente estructura metálica y que ya adorna aquel famoso paso cordillerano desde hace más de 71 años. Sin tener una hoja de ruta predispuesta para el ascenso, solo me dejé llevar por un pequeño sendero y que estaba salpicado por pequeños riachuelos, enmarañados por árboles muy típicos de la zona. José Parra y Humberto Torres me seguirían tiempo después; mientras tanto, la subida se hacía más empinada ante unos rayos solares muy persistentes. La altitud no afecta todavía. Estábamos por debajo de los 2.000 msnm. Poco a poco parecía estar cerca el puente, aunque el físico ayudaría mucho a vencer aquella fatiga que siempre resulta de un esfuerzo como el que les narro.

Luego de una agotadora caminata, arribamos a la misma vía del tren, luego de unos 20 minutos. No fue fácil, pero llegamos. Restaban como unos 300 metros para estar al borde de esa maravilla de la ingeniería ferroviaria y, por supuesto, que exteriorizamos aquel orgullo guardado en nuestros corazones. Como es obvio, se sucedieron las fotos del recuerdo y, que con el paso de los años, se convertirán como mudos testigos de nuestra fructífera faena.

Había que apurarnos, porque la autovía y, luego, el tren, estaban por llegar. Eran más o menos las 09:00 a.m. y había que repartirse el trabajo. Humberto se quedaba en un extremo del puente. Con filmadora en mano, registraría aquel paso del tren hacia Huancayo. José y yo, traspasaríamos el Carrión de tope a tope, a través de un pasadizo anexado a la vía férrea y que realmente da la sensación de estar flotando en el aire. Desde la zona intermedia del puente, se logra apreciar un espléndido paisaje digno de retratar y para los que gustan de la fotografía, creo que le sacarían muchísimos dividendos para ese hobby.

Desde el puente hacia la catarata que baja por la quebrada de Verrugas, dista una distancia de unos 120 metros. El zumbido del viento, es trastocado por pájaros típicos del lugar y que no dejan de trinar y alegrar aquella mágica mañana. Realmente espectacular por donde quiera que se le mire. Ya me imagino cómo se habrán armado aquellos otros 2 puentes que antecedieron al actual Carrión, de seguro una tarea titánica y al más puro estilo del suspenso, con el riesgo y los accidentes que ocurrieron en el armado de los mismos.

Hoy, nuestro trabajo fotográfico estaba a punto de rendir sus primeros frutos. Era el momento preciso de tener variadas tomas y desde diferentes ángulos. Mientras José Parra se quedaba al borde de la vía, con 2 cámaras digitales, una de ellas con trípode; yo, buscaba apresuradamente posicionarme en una locación algo más elevada. Todavía había tiempo y mi búsqueda prontamente tendría sus réditos. Logro alcanzar una elevación estratégica y no cabe duda de que valió el esfuerzo. Muchas lagartijas y plantas silvestres rodeaban aquel inhóspita subida y así coronaba lo que tantas veces había ansiado.

Era el día del debut de una cámara digital Canon y que se portaría a las mil maravillas durante todo el trayecto. Pronto aparecería la autovía de la cual les contaba; cinco minutos después aparecería el tren. Eran las 09:30 a.m. e instantes en que debía cuadrar la cámara y disparar en el momento preciso, unas con el zoom, otras en posición normal. Realmente fabuloso. Fueron 13 tomas fotográficas, además, del video que ha sido colgado en You Tube y que cualquier persona las quisiera tener como una digna colección. Un collage de fotos para adornar cualquier vitrina. No me equivoco de que fue una emoción tremenda para los 3 componentes del grupo y con creces se cumplió aquella misión.

Pronto bajé de aquella elevada posición, para descender raudos hacia la carretera central. Ya a mitad del puente, es la oportunidad de que me tome José Parra una foto del recuerdo y apoyado sobre las barandas del puente y, ¡zas! el tiempo era nuestro peor enemigo. La bajada era más rápida y pronunciada y en menos de 10 minutos arribaríamos hacia la camioneta de Humberto.

El tren nos llevaba unos 15 minutos de ventaja. Pronto recuperaríamos el tiempo perdido. El próximo paso era el túnel Balta y el puente Challape, pero por un error de cálculo, tomamos la carretera antigua y que nos llevaría a perder valiosos minutos. Cruzamos el puente Eduardo de Habich de la carretera y a lo lejos veíamos cruzar al tren a través del puente Challape. No había más remedio que ir de frente hasta Matucana y tomar fotografías de esa capital de la provincia de Huarochirí. Este punto fue de descanso, ante la intempestiva parada del tren por 15 minutos, esperando la llegada de un tren de carga. Ya estábamos a 2.389 msnm y eran aproximadamente las 10:10 a.m.

Esperamos unos momentos más, y al mismo andar del tren, lo perseguiríamos. Compraríamos comestibles a las afueras de Matucana. Esta vez, el tren va más rápido que otras veces. El maquinista era nuestro amigo de la empresa. Por celular le decíamos que cuando pasara por los puentes o en los trayectos más saltantes de la ruta, disminuyera la velocidad de la locomotora y, de esa forma, tener mayores posibilidades de retratar al tren.

Ahora y al mismo nivel de la carretera, nos toparíamos otra vez con el tren. Era el zigzag de Viso, el primero de la ruta (2.610 msnm). Aquí ya comienza a sufrir la locomotora, cuando de pronto deja expeler una inmensa humareda, así como unas incipientes lenguas de fuego, propias de la fuerza que necesita para empujar a los coches y retroceder aquella variante y ganar una altura de más o menos 150 m. Vinieron los repetidos flashes de nuestras cámaras y decidimos partir hacia nuestro próximo punto.

Ese sería el puente Chaupichaca, aquel viaducto amarillo y que cruza por sobre la carretera y el río Rímac, ya casi seco por la falta de lluvias. Era otra oportunidad precisa y para hacer tomas opuestas al primer viaje. A mi me tocaría enfrentar otra vez la aventura, aquella fuerza y garra de la que estoy envuelto y me gustan estas cosas: el riesgo y la adrenalina pura y había que hacerlo a como dé lugar. El ascenso era muy agreste y casi inaccesible. No había caminito y había que imaginárselo a pura cabeza; mientras tanto -de seguro- José y Humberto ya tomaban sus posiciones al nivel de la carretera.

Mucha piedra en forma de ripio, el terreno sumamente inclinado restaba poco a poco mis energías, pero no podía doblegarme en esos instantes. Resbalaba a cada instante, con tan mala suerte de que mi nueva cámara se perdía. Sentía que el tren se acercaba y mi desesperación aumentaba al no encontrarla. Ya había ascendido unos 80 metros desde la carretera, cuando en un momento dado cede el terreno, muy fofo, y gracias a unos rieles que apuntalaban a unos pilares del puente, logré asirme, de lo contrario no la contaba. Segundos después encontraría mi Canon con algunos golpes, y había que recuperar el tiempo perdido. Después de todo, salieron unas bellas fotografías.

Luego, nuestra próxima parada sería en la estación de Tamboraque (3.000 msnm), zona en donde se encuentra el segundo zigzag. Momento oportuno para darle algunos convites a nuestro queridísimo amigo el maquinista del tren.

Desde ese punto, habría que dirigirnos hacia el distrito de San Mateo, lugar en donde se produce la mundialmente conocida agua de mesa "San Mateo"; posteriormente, arribaríamos al máximo orgullo del ferroviarismo nacional: el puente del Infiernillo. Nuevamente me tocaba subir y esta nueva vez, hacia lo alto del puente y estar como en aquellas épocas de su instalación. El puente de hoy se colocó en 1908 (es el segundo) y, también, está cumpliendo 100 años como varios otros puentes del Ferrocarril Central.

Sus 62 metros de puro hierro unen los túneles # 34 y # 35, respectivamente. Luego de un raudo ascenso, llego a la boca del túnel # 35, lo cual me permite recorrerlo todo su interior. Hay algunos murciélagos, pero solo revolotean sus alturas. No atacan. Saliendo, recorro el puente pisando cuidadosamente cada durmiente, puesto que muy abajo está la carretera, en el momento preciso que José Parra (desde la carretera) logra captarme en una inolvidable foto. Momentos después logro encontrar la placa de fabricación del puente y que figura en una parte muy difícil. Tampoco dejo escapar la ocasión y otra foto más para la colección.

Esta vez, la autovía, ya había sacado mucha ventaja al tren. Los minutos pasaban y ya eran las 11:40 a.m. Un viento gélido me tocaba experimentar, bordeando los 3.300 msnm, pero eso no mermaba mi tensa espera. Estaba en un lugar que pocos podrían haberse arriesgado. Cuántos hombres, cuántos profesionales habrían estado por estos lares y como hace 138 años, cuando se iniciaban las obras del Ferrocarril Central y el "Hombre Tren" dejaba su huella, envuelta de unas ganas de victoria y de nuevas oportunidades que le ofrece la vida. Ni los terroristas pudieron derribar al Infiernillo en sus 4 cobardes ataques. Este trabajo le tocaba efectuar a José Parra, pero como sufre de vértigo, no hubo más que hacer esta 'significativa' labor. Lo veía pálido y ya no lo forcé.

Minutos después y gracias a mi 'privilegiada' posición, doy la alerta a mis demás compañeros que se venía el convoy. El eco de mi voz se deja escuchar en todas las intimidades de ese cañón. Los reflectores de la locomotora anunciaban su pronto paso, por esta magia de la ingeniería ferroviaria. Realmente, el Infiernillo seduce a quien quiera que se aproxime a sus estructuras; pero nosotros éramos testigos privilegiados para la citada ocasión y no era para menos. De un momento a otro, el silencio fue roto por la ensordecedora bulla de la locomotora. Parece ser un taladro rojo horadando los Andes centrales del Perú. Los cerros se remecen y no hay nada que hacer que, es una de las maravillas de la ingeniería ferroviaria mundial, aquella que ideara su eximio constructor, el ing. polaco Ernesto Malinowski.

Terminaba de concluir su paso el tren por el Infiernillo, cuando los pasajeros del coche observatorio se quedaban absortos de verme por sitios inimaginables, casi al borde del peligro, pero qué se hace cuando de trabajos se trata. Muchos de ellos me habrán retratado en sus modernas cámaras y por siempre recordarán a aquel intrépido y cazador de trenes de pasajeros.

Pronto había que descender hacia la carretera. Mis amigos me esperaban. Luego, venían fotos en el zigzag de Cacray, el puente Anche, el puente Copa y tomar un segundo aire en Chicla, un distrito ubicado a 3.733 msnm. Nos tocaba brindar y unas cervezas caerían a pelo, lógicamente acompañados por unos snacks. El tren llegaba a este sitio bordeando las 12:10 p.m. y cruzaba el paso a nivel con la carretera central. Se ingresaba al zigzag más largo de la ruta y en el que el tren retrocedería 5 km y para ascender unos 300 metros de altura y en forma de herradura.

En este punto, me encuentro con una amistad del ferrocarril, con quien trabo una pequeña conversación. Minutos después, nos dirigiríamos a Casapalca, aquel cónclave minero y muy de boga hoy en día, por los continuos conflictos laborales que se suceden dentro de su organización. José Parra (el "Zorro de los Rieles") escoge un estratégico lugar y, da en el clavo!!! Una de aquellas fotos figura como anexado al presente envío y de veras que es una excelente postal. No cabe ninguna duda!!!

Inmediatamente, vendrían el zigzag en las inmediaciones de la estación de Casapalca. Ya nos ubicábamos a 4.200 msnm. Enseguida, vendría el paso a nivel muy cerca de Chinchán y a 4.300 msnm. Había que abrigarse, no obstante que hacía un fuerte sol. Mientras aguardábamos la llegada del tren, yo exteriorizaba mi júbilo con aquel spray que simula nieve. Lamentablemente y como producto de esa espuma, caerían partículas de aquel producto al lente de mi cámara. Se malogran algunas fotos y eso se deja notar cuando ya se dejan observar a través del monitor de la PC. Se aproxima el tren y c/u. toma sus posiciones. El personal de seguridad del ferrocarril, cierra ambos sentidos de la carretera y el convoy pasa fugazmente hacia su ascenso final.

Nuestro siguiente punto, era en las faldas de Ticlio, muy cerca de la laguna de Ticliococha, lamentablemente esta zona ha sido abandonada por las nieves perpetuas que antes adornaban este histórico paso andino, como producto del calentamiento global, así como de la contaminación del transporte carretero y de indeseables visitantes que han dejado muchos rastros de desperdicios. Veremos si el nuevo Ministro del Ambiente, don Antonio Brack, hace algo.

Igualmente, por Ticlio, se sucede un fuerte sol. Estamos ya a casi 4.800 msnm y a unos 5 grados Celsius. A lo lejos se deja avistar el tren y se aproxima bordeando aquella laguna. Su sombra se deja ver apenas sobre el agua un tanto opacada, puesto que el cielo se empieza a cubrir de una fina capa de niebla. El tren pasa y ruge a un metro de mi posición. Está a punto de alcanzar su máxima altitud y continúa hacia el túnel de Galera. Desde aquí, se divisa al monte Meiggs, en cuya cumbre está enclavada una bandera peruana como homenaje a aquel norteamericano que financiara las obras del Ferrocarril Central.

Regresamos a la movilidad y ya ascenderíamos a la zona conocida como Anticona, punto que divide a los Andes occidentales de los orientales, respectivamente. El tren se dirige por un ramal opuesto a la carretera. Nos volveríamos a ver con él, en el paso a nivel de Cut-Off. Mientras tanto, en Anticona, nos dábamos un 3er. respiro a 4.835 msnm. Allí, se encuentra un obelisco en memoria de Malinowski y que fuera colocado en el año de 1999 al conmemorarse los 100 años del fallecimiento de aquel ilustre profesional ferroviario y que hoy luce totalmente olvidado. Hubieron diversas tomas para el recuerdo y había que ir pronto y de bajada hacia nuestro próximo objetivo.

Nos acercamos a Morococha, una zona muy minera. Aquí se observa una linda laguna de nombre Huacracocha y que todavía luce limpia y sin relaves mineros. Esperemos que siga así.
Siendo las 03:15 p.m. y luego de una espera prolongada, hace su paso el tren por Cut-Off y a 3.900 msnm, antes de su ingreso a la capital metalúrgica del Perú: La Oroya.
Estaba llegando a su término otra memorable experiencia y que jamás de los jamases se olvidará.

"Cuando hay ganas y fuerza de voluntad, todo es posible en la vida y que nunca hay que rendirse ante la adversidad. Jamás hay que dejar para mañana lo que hoy día se puede hacer. Nada es difícil ni imposible si nos proponemos con coraje y valor. Siempre hay que dar muestras de que 'SÍ SE PUEDE' y se podrá. Todos podemos trazar nuestro futuro y los hechos nos mostrarán la realidad de nuestras virtudes".

Antes de concluir, el video del ascenso al puente Carrión lo pueden apreciar en el siguiente link:

http://es.youtube.com/watch?v=q58nVu_YHa8

Vista de las Fotos y el recorrido:

Foto 1. Dos en Una: Tren Lima-Huancayo aproximándose al puente Carrión. Fotos tomadas por el 'Hombre Tren' (esta vez convertido como el hombre araña) desde un cerro aledaño. Jueves 01 de mayo de 2008///
Foto 2. Dos en Una: Imponente paso del Tren Lima-Huancayo y sus 9 coches por el Carrión. Pude captar 13 postales de oro. Ferrocarril Central del Perú km 84.4, 1.800 msnm. El puente Carrión fue instalado en 1937. Jueves 01 de mayo de 2008///
Foto 3. Dos en Una: Foto para el recuerdo. Koki Zelaya y Humberto Torres, José Parra (en cuclillas). La escena es captada cuando llegamos a coronar el puente Carrión. La otra, Koki Zelaya en un descanso nomás sobre las barandas del puente Carrión. Jueves 01 de mayo de 2008///
Foto 4. Dos en Una: La foto de arriba tomada por el 'Hombre Tren', la de abajo por José Parra. Es el puente Chaupichaca uniendo dos túneles km 117.2, de 122 metros, 2.900 msnm e instalado en 1909. Jueves 01 de mayo de 2008///
Foto 5. Dos en Una: La foto de arriba muestra el primer zigzag, es el de Viso Abajo km 111, 2.610 msnm. La foto de abajo muestra al tren a Huancayo en toda su extensión, abriéndose paso sobre las estribaciones andinas y cual si fuera una serpiente de varios colores. Estamos cerca de Casapalca km 152, a 4.100 msnm. Jueves 01 de mayo de 2008///
Foto 6. Dos en Una: La foto de arriba, tomada por KZ desde el río Rímac. Es el puente Anche km 133.2, de 92 metros, a 3.490 msnm e instalado en 1908. La foto de abajo, tomada por KZ desde la carretera central. Es el puente Copa km 136, de 84 metros, a 3.600 msnm e instalado en 1908. Jueves 01 de mayo de 2008///
Foto 7. Dos en Una: Estructuras naranjas del Infiernillo. Abajo, la carretera central; en la otra, se aproxima el tren a Huancayo, dentro de las penumbras del túnel # 34. La locomotora se deja percibir a través de sus potentes luces. Jueves 01 de mayo de 2008///
Foto 8. Dos en Una: Preciso instante en que el tren Lima-Huancayo traspone el puente del Infiernillo. Es un paso histórico y, ¿quién no quisiera estar allí? Km 129.5, de 62 metros, a 3300 msnm e instalado en 1908. Jueves 01 de mayo de 2008///
Foto 9. Tren a Huancayo y su fiel compañera de muchas décadas: la laguna de Ticliococha. Es el km 170, a 4.700 msnm. Jueves 01 de mayo de 2008///
Foto 10. Dos en Una: En la foto de la izquierda, es el coche observatorio después de dejar el puente del Infiernillo e ingresando al túnel # 35. En la otra foto, el 'Hombre Tren' después de acabada la jornada fotográfica, por Anticona, ante un fuerte sol y a 4.835 msnm. Jueves 01 de mayo de 2008///

Para ver mas grande la foto haga doble click arriba de ella... Todas las fotos © Koki Zelaya

Saludos cordiales y hasta la próxima crónica.-
KOKI ZELAYA
"EL HOMBRE TREN"
Copyright ©16 de mayo de 2008
03:48 p.m.
Desde Lima-Perú
Celular: 9881-13463
E-mail:
elhombretren@yahoo.com

No hay comentarios: